miércoles, 28 de diciembre de 2011

Elsa Pataky presenta en Barbastro su última Película, Copito de Nieve

Coincidencias de la vida. Resulta que de mi breve estancia en Madrid por motivos laborales, ya hace más de diez años, me quedaron varias cosas. Una de las mas curiosas fue la amistad que hice con la famosa actriz Elsa Pataky a raiz de la grabación de un spot en el que de manera colateral había intervenido yo. El caso es que desde entonces hemos seguido manteniendo la relación aunque de forma esporádica. 
Hace unos días me enteré de  que se encontraba de vacaciones en un lugar próximo a Barbastro, y que como comprenderéis no voy a desvelar. La convencí para que presentara su última película en el vestíbulo del cine Cortés donde  se estaba proyectando estos días. No hubo mucha gente porque no se había anunciado el acto. Pero aquí queda la foto para dar fe de lo feliz que se encontraba ella junto a mi como amigo y anfitrión.


¿A que doy envidia?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

De como salí un día a correr, y acabé cantando villancicos con los del grupo 7:45

El sábado pasado, después de una semana en la que había salido a correr tan sólo un día, (a penas manteniendo las constantes vitales, diría alguno) madrugué  dispuesto a agregarme a este grupo del que ya he hablado en otras ocasiones. Para el que no lo sepa, además de dedicarse a labores humanitarias, como la de acogerme a mí y a algún otro despistado que aparece por allí de higos a brevas, tienen la sana costumbre de salir a correr todos los sábados, domingos y fiestas de guardar a las 7:45 desde el mismo lugar. Independientemente de que sea verano, invierno o haga frío o llueva o nieve o sople un cierzo del carajo. No obstante ese día, yo que soy algo mas flexible con mis rutinas, antes de salir de casa asomé la cabeza por la ventana y comprobé que, aunque hacía fresquito, el viento estaba en calma, lo que me animó definitivamente a tirarme a la calle aun no habiendo todavía amanecido.

Hacía más de un mes que no me juntaba con esta buena gente, pero por supuesto, allí estaban. En esta ocasión había más personal de lo habitual. Tras intercambiar algunos saludos y presentaciones, iniciamos el trote  hacia los montes de Juslibol. El ambiente tan festivo que se respiraba y la gran concurrencia se debían, según me dijeron, a que esa mañana, entre otros actos, se iba a montar un belén y se celebrarían varios cumpleaños a la vuelta. 

La del alba sería cuando.... (Gracias por las fotos a Carlos Sevillano y Pedro Juste)

Una parte del grupo pasando por Juslibol.

Enfilando la "cuesta de la cadena". Un método infalible para entrar en calor.


Al poco rato, y para empezar con los actos festivos, se distinguió a la admirada atleta que se dispone a descorchar la botella, poniendo su nombre a una de las sendas que forman parte de los recorridos habituales del grupo . En pocas ocasiones me había sentado tan bien una copita de champán.

 Sobre estas líneas, vaso en mano,  la mayoría de los que allí estábamos ese día.



Tras esta primera etapa, continuamos, sube y baja, hasta llegar al lugar que habían escogido para instalar el belén. El sitio era de lo más apropiado. Una cuevecilla enclavada sobre un escarpado risco desde el que la vista del valle de Ebro era espectacular.




Justo cuando estaban colocando las figuritas, un rayo de sol comenzó a iluminar la escena y en un momento el valle entero se inundó de color:
Que si. Que lo de que "se inundó de color", aparte de un poco cursi, iba en serio.



Disfrutando de estas espléndidas vistas, emprendimos el camino de vuelta por la zona de los galachos. 

Lo de correr junto al río Ebro por estos parajes, hay que reconocer que es un auténtico privilegio.


En resumidas cuentas: Un agradable entrenamiento de casi 14 km que se me hicieron tan cortos y entretenidos como si hubiera estado de tapas por el Tubo. Y todo gracias a esta panda de locos que no tienen otra cosa mejor que hacer a esas horas de la mañana. Ah, se me olvidaba. En la escena del Belén, se cantaron unos villancicos, como requería la ocasión.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Mi cámara ideal

Resulta que hace tiempo que me ronda por la cabeza la idea de comprarme una nueva cámara fotográfica. Tengo una canon S3IS del 2006 que me ha funcionado bastante bien, aunque, aparte de haberse quedado un poco obsoleta en cuanto a prestaciones, siempre ha sido algo pesada y voluminosa para mi gusto, por lo que hace casi un año que no la saco de la funda.

Esto de hacer fotos es una afición que tengo desde los años 80, en plena era analógica. He tenido épocas en las que pasaba horas y horas en el cuarto oscuro. Pero en cuanto al tema de la cámara, nunca he sido nada exquisito, la verdad. Tiré muchos años con cámaras prestadas, y cuando me decidí a agenciarme una reflex, una nikon de lo más normalito, fue justo cuando empezaban a popularizarse las digitales. En fin que la tengo como nueva en su caja. 

Total que entre unas cosas y otras últimamente solo hago alguna foto con el móvil. Lo que resulta de lo más cómodo. Casi la totalidad de las fotos de este blog las he tomado con mi Nokia 5800 de 3.1MP. Tiene sus limitaciones, claro, pero con buenas condiciones de luz pueden quedar fotos bastante apañadas, como esta que tomé en mayo pasado en pleno movimiento 15M:


Pero además de rascarme el bolsillo, algo a lo que no soy muy propenso, hay otro motivo si cabe más determinante que me impide decidirme por alguno de los miles de modelos que existen en el mercado.

Y es que, hoy por hoy, no he visto por ningún lado mi cámara ideal:




A primera vista la cámara de arriba, que es un monstruito que he montado con piezas de varias máquinas, se parece a muchas de las compactas avanzadas que hay en el mercado, pero tiene una serie de características que no han confluido en ninguna cámara actual. A saber:

  • Tamaño de bolsillo ( no mucho mayor a una canon S90, por ejemplo)
  • Objetivo zoom 24-110 o así con buena luminosidad (F2 - F 2,8)
  • Visor electrónico. Esto es fundamental. Lo de hacer fotos con el brazo extendido es como disparar un rifle sin apuntar, como hacer fotos con un móvil, vaya. Poder se puede, pero.. seamos serios por favor.   Mi canon S3Is lo tiene y es estupendo, pues ves como va a quedar la foto además de toda la información que necesitas sin apartar el ojo del visor. Creo sinceramente que el visor electrónico es infinitamente más útil que el óptico que montan la Canon G12, la Nikon P7000 o incluso la tentadora Fuji X10. 
  • Pantalla LCD.  Esta es una característica que al parecer nadie se ha atrevido a eliminar. Pero mi cámara ideal NO TIENE PANTALLA LCD, ni puñetera falta que le hace. Ya veré las fotos en casa tranquilamente, y si tengo mucha ansiedad, siempre puedo verlas por el visor, que para eso es una mini pantalla LCD.
    • Importantes ventajas de una cámara sin pantalla LCD
      • Menor peso.
      • Menor volumen.
      • Menor precio.
      • Menor consumo de batería.
      • Y encima no tienes que aguantar a los pesados que quieren ver las fotos cuando acabas de disparar. Por el visor solo miro yo, que para eso tiene corrección de dioptrías.
  • Sensor. Con el que monta la G12 (ó mejor el nuevo de la S100) me valdría. Supongo que uno un poco más grande como el de la X10 sería complicado de montar en una compacta más reducida.
Bueno, esto es lo que quería decir sobre mi cámara ideal. Si algún fabricante se anima le mando los planos (a cambio de una unidad definitiva, claro).

Si alguien quiere ver algunas de mis fotos tomadas con la pobre Canon S3Is, este es mi álbum de Flickr, que no actualizo desde 2009. Ya perdonaréis la saturación y los tratamientos tan agresivos que hacía en aquella época. Ahora me parecen horribles, pero entonces, como nos pasaba a muchos cuando nos iniciábamos en el  Photoshop, me parecían lo más.  

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sábado, 19 de noviembre de 2011

El efecto del prado verde. (The green meadow effect)

Cuando paseo por el pirineo, sobre todo en primavera, me suelo quedar prendado de los verdes prados que tapizan casi todo el paisaje. Parecen competir entre ellos en  belleza y frescura. Me cuesta mucho decidirme, es mi naturaleza, pero al final elijo uno que, curiosamente, nunca es el mas cercano. Pero vale la pena. Es sin duda el prado perfecto. Parece de terciopelo. Retozar en su hierba mullida y fragante debe de ser como estar en el paraíso.

Corro hacia él ansioso y cuando llego me tumbo boca arriba con los ojos cerrados. La felicidad soñada.



Al cabo de un rato, el suave lecho sobre el que reposo comienza a mostrar algunas irregularidades que empiezan a incomodarme levemente. Alguna piedrecilla traviesa. Nada grave.

El picotazo de un tábano en plena pantorrilla ya me molesta un poco más. Además no había calculado bien el grado de humedad y tengo el pantalón empapado. Al levantarme me clavo un pincho en la palma de la mano que acaba de romper el hechizo. Menos mal que por centímetros no he pisado una plasta de vaca de tamaño  familiar  que está haciendo las delicias de una multitud de insectos y bichejos de todo tipo. Que asco. Yo me largo de aquí. 

Entonces, levanto la vista y lo veo. Está justo al lado del camino por donde había pasado a primera hora de la mañana. Cómo no me había dado cuenta. Es el prado perfecto.
Este sí.
Definitivamente.


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domingo, 30 de octubre de 2011

Una curiosa mañana de carrera.

Después de 10 días contados sin ponerme las zapatillas a causa (o con la excusa) de un catarro persistente, aunque de baja intensidad, aderezado con un tiempo húmedo y desapacible, por fin esta mañana he vuelto a atármelas haciendo uso de mi famoso nudo

Casualmente el jueves pasado me enteré de que este domingo se celebraba la Carrera Popular Ibercaja por La Integración, en su  nada menos que 32º edición. Eran 5 km y la inscripción gratuita. O sea, ideal para hacer una reentré por todo lo alto. Así que me apunté vía web y me imprimí el dorsal. No hace falta chip ni nada pues el carácter de esta carrera está claramente enfocado a la participación masiva y no a la competición.

Total que esta mañana me he levantado a eso de las 6:30, deshorado con el cambio en el reloj de esta noche, y he desayunado con vistas a estar en plena forma al tomar la salida a las 10:00. Aprovechando la paz de esas horas matutinas me he puesto un rato con el inglés para preparar la clase del lunes. La semana es larga pero todos los domingos me suele quedar pendiente más de la mitad de las tareas que nos manda el teacher. No se como me lo monto. El caso es que entre unas cosas y otras me he plantado en las 9:30 sin haber salido a la calle todavía.  Un ligero fallo de previsión, pues mi idea era ir trotando tranquilamente hasta la linea de salida, correr y volver luego de la misma forma. 

Lo curioso del asunto, de ahí el título de la entrada, ha sido que lo del trote de acercamiento se ha convertido en galope tendido habida cuenta que desde mi casa hasta la Plaza Paraíso hay 4,5 km. A menos diez   cruzaba la Plaza del Pilar y encaraba la calle Alfonso como un loco. El garmin marcaba ritmos de 4:40. A mitad de Independencia he mirado el reloj y faltaban 2 minutos. ¡Puedo llegar si no bajo el ritmo! 

Cuando he visto el Corte Inglés me he relajado por fin. Ya habían dado la salida, pero.. ¿Qué importaba? Yo ya había hecho mi carrera. Me he incorporado tranquilamente a los más de 12.000 participantes que avanzaban  en un ambiente de domingo soleado y festivo. Familias con hijos pequeños de la mano, papás o mamás  con bebés en carritos. Mucha gente en sillas de ruedas, con o sin ayuda, jóvenes, mayores. Y yo estaba allí en medio trotando alegre y despreocupado. Hasta he parado a tomar alguna foto.







miércoles, 19 de octubre de 2011

Como atarse los cordones de las zapatillas de forma más segura. Video explicativo

Aunque pueda parecer una chorrada, voy camino de los 50 y hace a penas 4 o 5 años que descubrí esta forma de atarse los cordones de las zapatillas, o zapatos o botas. Desde entonces, no he vuelto a usar nunca el nudo tradicional. 

Este método tiene dos grandes ventajas:

  • El nudo no se deshace solo.
  • Y se desata tan fácilmente como un nudo corriente.


Espero que alguien lo pruebe y le sirva tanto como me ha servido a mi.


domingo, 9 de octubre de 2011

El Alhambra.


Ayer me encontré a mi amigo Jorge paseando por las calles de Barbastro. Los dos nacimos en esta pequeña ciudad de la provincia de Huesca y volvemos a ella casi cada fin de semana desde hace unos años. Aún así no solíamos coincidir demasiado. Las respectivas familias y las familias de nuestras respectivas, hacían que lo de juntarnos para cenar sucediera solo de Pascuas a Ramos. 

Hasta que un día, este verano, se nos ocurrió quedar para almorzar en el Alhambra. Desde entonces, cada vez que coincidimos en el pueblo, una o dos veces al mes, nuestra cita para almorzar el domingo a las 9 de la mañana, es inexcusable. Basta una llamada y todo arreglado. A esta rutina matinal se ha apuntado también nuestro amigo Manuel, al que llamamos Vigo Mortensen o simplemente Vigo, no por el parecido con el apuesto actor, sino por ser gallego del mismo Vigo. Por cierto,  Manuel (Vigo) tiene el mérito de habernos traído el mar a Barbastro.

Esta mañana a los tres habituales se ha añadido mi amigo Antonio, que fue el que me dio el primer empujón para echarme a correr. Sin ir más lejos, ayer al atardecer  subimos trotando juntos a Cregenzán con vistas a preparar debidamente el organismo ante nuestra suculenta cita de hoy. Mientras bajábamos, ya casi de noche, coincidimos en que uno de los mayores alicientes de esto del correr es el hecho de poder dedicarse a este tipo de placeres con mucha mayor frecuencia de lo que sería prudente para una persona mas sedentaria. 

Y ya hablando de placeres gastronómicos: ¿Existe algo mas excelso que un almuerzo a base de huevos fritos con chorizo, o con algún otro manjar derivado del cerdo,  con sus  patatas, su pan recién horneado  y  su vino con gaseosa? Yo lo dudo sinceramente. Y cuando hablo de almuerzo me refiero a esa comida contundente que se hace (preferiblemente a hora temprana) entre la hora del desayuno (ó en vez de este, si uno no ha madrugado en serio) y la hora de comer. 



Naturalmente, el almuerzo del que estamos hablando tiene su razón de ser en la sana costumbre de reponer energías tras varias horas de duro trabajo a fin de poder continuar otras tantas hasta la hora de la comida. Pero no pasa nada. En la mayoría de los sitios donde se sirven almuerzos tienen el buen gusto de no preguntarte si te lo has ganado o no. Eso va por cuenta del cliente.

El caso es que en lo tocante a almuerzos, El Alhambra es el referente absoluto en mi pueblo. De lunes a domingo y siempre antes de mediodía (no se sirven comidas) el sitio es un trasiego constante de personal. Tenderos, hortelanos, comerciantes, bomberos, cazadores, policías, jubilados, moteros, gente de buen llantar en cualquier caso que, entre una propuesta de degustación en el Bulli y la perspectiva de un almuerzo con los amigos en El Alhambra,  no dudaría ni un instante. 

miércoles, 31 de agosto de 2011

Calabazas, tomate rosa y la copa del mundial. Crónica de la 10KN Barbastro 2011

Este sábado pasado se celebraba la 3ª  carrera 10K nocturna en Barbastro.  Me apunté sin dudarlo por cuatro motivos:
  1. Ese fin de semana estaba en Barbastro.
  2. Me gusta correr.
  3. Era una distancia asequible.
  4. Era la primera carrera nocturna en la que participaba.
Por la mañana había un ambiente excelente en la plaza del mercado. Al  habitual de todos los sábados se sumó una muestra de hortalizas de la zona. Las fotos hablan por si solas:

Las calabazas gigantes fueron la gran atracción.

Lo del tomate rosa son palabras mayores. Soy un devorador compulsivo de este manjar de la huerta del Somontano. Recomendable 100%

 Por la tarde tenía que ir a recoger el dorsal y demás a la Ferma. Se daba la circunstancia de que durante dos días se exhibía en el recinto la copa del mundial de futbol que ganó España el año pasado. Desde que se enteraron mis hijos la noche anterior casi no pegan ojo. Uno de ellos me dijo, -¡Papá, creo que va a ser el momento mas emocionante de mi vida! Quizá exageraba un poco.

Llegó la hora de la carrera y me presenté en la linea de salida. Saludé a Manu, Raul, Javi Sam, que estaba  como pez en el agua en su papel de speaker, etc.
Me pareció que la señal de salida fue el clásico "preparados, listos... ¡YA!" Así que.. "p'alante". El recorrido era bastante enrevesado y en algunos tramos lo de "nocturno" se convertía casi en "a oscuras", pero bueno. Eso sí, había gente animando y haciendo fotos. Por cierto si alguien tiene alguna foto o ha visto alguna donde salga agradecería que me la enviase.

En cuanto a la carrera en sí, he de decir que no me encontré nada fresco en ningún momento, la verdad. Intentaba mantener un ritmo de en torno a 5 min/km, que ya había hecho en otras ocasiones, pero me costaba mas esfuerzo de lo normal. Para colmo mi Garmin falló a los dos o tres km y se reinició. Nunca me había dejado tirado de esa manera. Tras esa traición nunca volveré a mirarlo con los mismos ojos. Con lo bien que iba nuestra relación. Son cosas que pasan. Lo volví a activar pero ya sólo para ver el ritmo. 

Antes de mitad de carrera le eché el ojo a un corredor que iba unos metros por delante y que parecía estar en una situación similar a la mía. Lo alcancé y me puse a su par. Me dijo que lo estaba pasando mal por que le había dado flato y no se le iba. Yo a su vez le comenté que no iba nada bien. El caso es que, entre algún comentario sobre la carrera y demás (pocos porque no estábamos para malgastar fuerzas) llegamos juntos hasta la meta. Fue una gran ayuda para mi. Gracias Jose Mari. 

Llegué exhausto. Suerte que había, a parte de botellines de agua, que no me apetecían en absoluto, rodajas de sandía fresca en cantidad. Después de comerme cinco o seis raciones empecé a recuperarme un poco. Le había dicho a mi mujer que viniera a recogerme andando con una chaquetilla y ya está. Craso error. En la vuelta a casa con la sudada que llevaba me quedé helado. Ahora empiezo a salir del medio catarro que pillé.

Conclusión: 

"No hay que menospreciar ninguna carrera por corta o fácil que parezca: Todas pueden hacerse duras" 

miércoles, 17 de agosto de 2011

De Serraduy a la Puebla de Roda pasando por el Chordal

Hace meses que mi amigo José Luís me animaba a que lo acompañara en alguna de sus marchas senderistas por el prepirineo, aprovechando que se había acondicionado un campamento base, muy cuco por cierto, en Serraduy. 
Este puente del 15 de agosto, como había luna llena, me propuso realizar una marcha nocturna. A pesar de que mi experiencia en montaña se  limitaba a alguna esporádica excursióncilla y del respeto que me daba eso de caminar de noche por el monte, confiaba plenamente en Jose Luis y en mi  "aceptable" estado de forma fruto de mi reciente afición por esto de correr.

El caso es que me presenté en su casa el domingo por la tarde con la idea de emprender la marcha a eso de medianoche, después de cenar y de ver el partido de la supercopa. Pero la luna no aparecía. Había espesos nubarrones y caían gotas. Tampoco era cuestión de correr riesgos innecesarios. Así que pospusimos la marcha para el día siguiente poniendo el despertador a las 5 de la mañana.

Pip Pip Pip. Tras unas 4 horas de sueño nos tomamos un café y un sandwich y acabamos de preparar las mochilas: Bebidas isotónicas, barritas energéticas, chubasqueros, calcetines de recambio, etc. He de decir que el 80% de la equipación y el 100% del avituallamiento corrieron a cargo de mi amigo. Yo (que atrevida es la ignorancia) me había presentado prácticamente con las manos en los bolsillos. Lo único de lo que estaba seguro el día anterior era de que tenía en Barbastro unas botas de montaña seminuevas y que eran mi mejor y única equipación de montaña. Solo que cuando abrí la caja descubrí atónito que estaba vacía y ya era demasiado tarde para echarme atrás. Contrariado tuve que ponerme mis viejas Mizuno, estupendas zapatillas para correr pero  poco adecuadas para andar por pedregales. En fin.

A las 7 de la mañana habíamos superado la parte mas exigente de la ascensión, que hicimos con la ayuda de frontales led. Nunca los había usado y me parecieron un invento estupendo. 

Sobre las 8:30 coronamos el alto del Chordal, de 1550m, al que se accede por una pista forestal bastante cómoda. Hay varias antenas de telefonía y demás que afean algo el paisaje pero que dan cobertura a una extensa zona de la Ribagorza.


Desde ese enclave hay unas excelentes vistas del Turbón.

El descenso hasta el pueblecito de Merli  se hace por pista en buen estado. Allí se encuentra este imponente menhir que los expertos han datado entre 5000 y 7000 años de antigüedad

Desde Merli a La puebla de Roda  bajamos por el "sendero" PR HU 48. Esto fue la peor parte del recorrido, pues consistía básicamente en una concatenación de barranqueras y pedregales con fuertes pendientes que destrozaban literalmente los pies. Mal diseñado, o mal mantenido, o ambas cosas.

 Tras 7 horas de caminata llegamos a Serraduy. La vista del pueblo desde los cortados del río es impresionante.
Hecho polvo pero feliz después de 27 km por esos andurriales. Nótese mi equipación técnica: Camiseta a modo de gorra, tejanos de alto gramaje y mis zapatillas de running. El palo, gentileza de José Luís, era lo mas montañero que llevaba. Bueno, y la mochila que me compré hace años en  Decathlon.

En fin. Un estupendo día de montaña que culminó con una suculenta comida que nos preparó Mar, la mujer de JL, con la ayuda de su simpática hijita.
Lo de la siesta que cayó después, para que os voy a contar...

Si a alguien le interesa puede ver aquí los detalles del recorrido recogidos por mi Garmin, que por cierto se portó de maravilla y aguantó mas de 7 horas sin desfallecer.

miércoles, 13 de julio de 2011

Supergirls en el Somontano

Después del post anterior, algo pesimista la verdad, hoy me siento justo al revés. Así es esto de vivir. Ha habido varias circunstancias positivas que han influido en este súbito cambio de ánimo y todas ellas son dignas de mención, pero aquí solo voy a comentar la que tiene que ver con el título de este blog. 

Resulta que anteayer a eso de las 7 de la mañana me eché a correr por la carretera de Cregenzán como he venido haciendo cada dos o tres días desde que comencé mis "vacaciones" la semana pasada. Normalmente me suelo cruzar con andarines en grupo o solitarios (mayormente mujeres, todo hay que decirlo) y algún ciclista, pero últimamente no me había cruzado con nadie corriendo


Manoli, Ana, Eva y Ana. ¡Que majas son estas zagalas! ¡Y lo en forma que están!

El caso es que al poco de cruzar el puente de San Francisco veo  a una chica que va trotando delante mío. Antes de salir de Barbastro me pongo a su par y la saludo con un cauteloso "Hola, que tal". Ella, super simpática, me responde amablemente e iniciamos una animada charla mientras enfilamos las primeras cuestas a ritmo suave. Nos conocíamos de vista, como la mayoría de los de Barbastro, pero no nos habían presentado nunca, así que solucionamos el asunto y descubro que se llama Eva. Al rato ya vemos que tenemos amigos comunes y demás. Al final me dice que, si me apetece, al día siguiente ha quedado a las 7 de la mañana con otras amigas para ir a correr. Le digo que si puedo ahí estaré.

A las 7 en punto me presento en el lugar convenido. Está esperando Ana A. Creo que se sorprende un poco al verme, aunque ya la conocía. Mientras le explico por que estoy allí van llegando el resto. Hechas las presentaciones salimos hacia el camino de Barraón y me dejo guiar por una ruta inexplorada para mi y que acaba en el campo de Fútbol. El recorrido es de lo mas agradable a esas horas y mientras tanto vamos charrando de todo un poco. Hacia el final les pregunto si les importa que les haga una foto para mi blog. Al salir el tema les digo que me sorprende la casi total ausencia de féminas en el ámbito blogero en el que me muevo. Todas me responden casi al unísono que eso es porque en general las mujeres no "disponen" de tanto tiempo libre como nosotros para estas cosillas. Touché. Al final no puedo sino darles la razón. Por que la tienen. 

Cuando llego a casa mi mujer lleva ya  rato funcionando. Desayunos, camas, lavadoras, mochilas preparadas para  el campus de fútbol, etc., etc.
Ella también es una supergirl. De las mejores.






lunes, 11 de julio de 2011

¡Vacaciones! Ese mito.

Hace ya años que me di cuenta de que esto de las "vacaciones"  no es otra cosa que uno más de esos mitos maravillosos que solo existen de forma plena mientras  uno es un niño. Así lo veo yo. 

Aquella  holganza absoluta y despreocupada durante un interminable verano no se sostiene mas allá de la adolescencia, salvo en casos excepcionales y poco edificantes.

Sin embargo cuando hablamos de  nuestras vacaciones presentes, estamos inconscientemente evocando aquellas vacaciones primigenias y auténticas,  aun sabiendo que las de ahora no se parecerán casi en nada al  original. La realidad y las circunstancias cotidianas acaban desdibujando aquella romántica idea hasta desposeerla de gran parte de su significado.
Niños disfrutando de sus Vacaciones.

Da igual que nos embarquemos en el crucero mas caro, que hagamos el viaje mas alternativo, que pasemos el verano en el pueblo o que nos quedemos en casa reformando la cocina: Tras finalizar el periodo vacacional   es casi seguro  que en ninguno de los casos nos habremos aproximado siquiera a aquella plenitud soñada. Eso sí, en el último de ellos al menos tendremos algo realmente contundente que mostrar a las visitas.

Por supuesto que hay instantes, días, incluso semanas en los que sí nos reencontramos con esa felicidad buscada. Menos mal. Pero a  mi parecer, estos momentos poco tienen que ver con el hecho de que uno esté de vacaciones o no. Eso es a lo que iba.





domingo, 19 de junio de 2011

Empezar el día con los deberes hechos

Ya el verano pasado me di cuenta de que lo mejor para salir a correr cuando empieza a hacer calor es madrugar. Lo de madrugar abarca una amplia horquilla horaria dependiendo del interesado.  En mi caso  significa levantarme a las 6, cuando empieza a clarear pero el sol todavía no ha salido. 
Esta semana pasada he ido dos días a correr a esas horas y entre el fresquillo que hace y la paz que se respira resulta de lo mas estimulante. Os lo puedo asegurar.

A las 6:30 los primeros rayos de sol se reflejaban en la torre del agua. A los pocos minutos se apagaron las farolas.

Normalmente suelo dar la vuelta al Parque del Agua, que ocupa el meandro de Ranillas. En total entre 7 y 8 km.

El asunto es que a las 7 en punto, tras unos escuetos estiramientos, estoy ya de vuelta  en casa como si nada. El aroma a café me recibe al entrar. El resto, la reconfortante y ajetreada rutina mañanera: beso y piropos a mi mujer que se va a trabajar fresca y guapa como cada día, beso y ánimos a  mi hijo mayor que se va al instituto sobre las 7:30 atribulado con los últimos exámenes,  ducha, desayunos, camas, etc. (todo esto mas o menos a medias entre todos) hasta que a  las 8:12, mi hijo pequeño y yo estamos ya esperando el autobús del cole que  lo recoge un par de minutos después. Mas besos (soy el protagonista de la canción "Besos" de "El canto del loco") y me voy a por la bizi con la que me planto en la oficina en 20 gratificantes minutos. 
Cuando subo las escaleras me siento pletórico como un colegial cuando llega a clase con los deberes hechos y la lección estudiada. Y  aun queda todo un día por delante. 

martes, 14 de junio de 2011

1987

Parece que fue ayer. Los 80. La movida. Esta foto:


La tomé en el andén de la antigua estación de tren de Barbastro y forma parte de un reportaje, por llamarlo de alguna manera, que hice allí en el año 1987. Fue el principio de una etapa en la que  dediqué muchas horas al asunto de hacer fotos.  En aquella época  los aficionados a la fotografía en Blanco y Negro  eramos una especie de alquimistas que manipulábamos reactivos químicos en oscuros laboratorios en busca de una imagen definitiva que nunca llegaba. 
Aunque a veces creías vislumbrarla por un instante, y esa emoción al verla aparecer poco a poco en el baño de revelador bajo la tenue luz roja del cuarto oscuro.... era algo que no se puede emular con unos y ceros.

Mas tarde, ya en plena era digital, he tomado miles de fotos, la mayoría vulgares, alguna de ellas con ilusas pretensiones artísticas, pero nunca he vuelto a sentir aquella sensación.








miércoles, 8 de junio de 2011

Jumpers, cigalas y otros manjares. Crónica de la 10k Zaragoza 2011

Definitivamente el momento cumbre de la carrera del pasado domingo fue cuando, ya de vuelta a casa en  el bus urbano, me zampé la bolsa de Jumpers que había en el lote que nos dieron tras cruzar la linea de meta. Me la comí con la misma ensimismada avidez y con la misma  indiferencia por la información nutricional que tendría  un niño ante semejante festín. Un gustazo, vaya, que compensaba con creces todo el esfuerzo anterior. Pero.. recapitulemos un poco..

Fase de entrenamiento
La preparación de la carrera durante las semanas previas, siguiendo mi habitual método, había sido mas bien caótica. La verdad es que tras la media maratón de Zaragoza, de la que salí bastante satisfecho, no acababa de sentirme bien del todo. Al salir a correr sentía las piernas pesadas y me costaba encontrar el ritmo. Pero bueno, tampoco le di mucha importancia al asunto. También tuve algún día bueno, como los que salí con el grupo 7:45.

Este es el río Valartiés en Artiés. En el valle de Arán. Una día, aprovechando que estaba allí por temas de trabajo, salí a trotar a las 7 de la mañana por la zona.  ¡Como se nota la altura! 45min a trote cochinero y acabé con la lengua fuera. Eso sí, el paisaje   magnífico.

Vísperas
Sucedió que el sábado 4, víspera de la carrera, estábamos invitados a la comunión de un sobrino segundo por parte de mi mujer en Binaced. Tras intercambiar opiniones y mostrar algunas reticencias por mi parte, decidimos que había que ir y punto.

El banquete, mega boda-style con cortador de jamón incluido, se celebró en esta sala que es una de las muchas que hay en "La Fon del Nastasi", todo un emporio de la restauración masiva. Iba dispuesto a pedir el menú infantil, a base de macarrones, que hubiera sido lo mas adecuado para preparar el cuerpo de cara a la carrera del día siguiente, pero  la mirada que me dirijió mi mujer al insinuarle mis intenciones me hizo reconsiderar en el acto  mi posición. Circunstancia esta que se vió  consolidada al exponerse ante mi aquel despliegue de viandas a cual mas apetitosa. Total que, desechado el tema de la pasta me propuse como objetivo mas asequible no probar los embutidos ibéricos ni los quesos curados ni los vinos. Esto último sobre todo por que había que volver a Zaragoza esa tarde.

He de decir que cumplí, casi completamente, mis propósitos. Aun con esas dolorosas renuncias la comida fue claramente a pantagruélica. Y no soy de los que les gusta dejar comida en el plato. Mientras rechupeteaba una cigala me vino a la mente la escena del bautizo del Padrino II que ya comenté en un post anterior y que, por alguna razón, se ha convertido en una especie de Pepito Grillo que me asalta a la mas mínima. En fin.

A eso de las ocho de la tarde, con el solomillo y la tarta todavía en las primeras fases de la digestión, cogimos el coche y enfilamos carretera hacia Zaragoza. Suerte que me tomé dos cafés cargaditos.

Cuando llegamos  fuimos directamente a casa de mi amigo Tito, al que había dejado encargado de recoger el dorsal y demás. Al llegar vi que no estaba. Debería haberle llamado por teléfono con antelación. Total que quedamos que pasaría el domingo antes de la carrera. Un pequeño contratiempo.

El día de la carrera
A las 7:15 de la mañana ya me había zampado mi tazón de cereales con leche (sin apenas hambre en esta ocasión) y me fui a coger el bus para ir a casa de Tito a por el dorsal (está en la otra punta de Zaragoza). ¡Santo barón! Medio dormido y en pijama me abrió la puerta al primer timbrazo, me dio la bolsa y me deseó suerte sin despotricar ni ponerme mala cara. Eso es un amigo.
Después de un periplo en Tranvía,  en bizi y caminando, llegué por fin a la linea de salida a eso de las 9h. Me puse el dorsal y dejé el chandal y demás en el guardaropa. Me encontré con Fernando y me dijo que iba a ir, con otro colega a por el globo de 45'. Lo vi un poco temerario pero me disponía a seguirles cuando me topé con Pedro J. y otros integrantes de 7:45 que pensaban ir un poco mas despacio y me pareció mas prudente ir con ellos.

La carrera en sí
Salí de muy atrás, y me pasé toda la carrera intentando conectar con el globo de 55', que alcancé a los 4 o 5 km, y después con el de 50', al que ya no pude dar caza. La aglomeración de corredores complicaba bastante las cosas. Durante la segunda parte de la carrera empecé a sufrir. El solomillo, las cigalas y el mojito del día anterior me pasaban la correspondiente factura. No obstante aguanté el tipo hasta el final sin perder demasiado los papeles. No pude bajar de 50' (50'38'' de tiempo neto y 52'16'' oficial). Otra vez será. 

Al fin, mientras me iba comiendo la naranja, el plátano y me bebía el botellín de agua que nos habían dado al cruzar la meta, empezó a invadirme esa embriagadora sensación de bienestar que emborrona de un plumazo los malos ratos pasados transmutándolos en  duras pruebas que ha valido la pena superar.
Y aún me reservaba la bolsa de Jumpers.

viernes, 27 de mayo de 2011

Fotos grupo 7:45

Esta semana, entre el examen de inglés que tuve el martes y que desde el miércoles he estado fuera por temas de trabajo, no he podido, hasta ahora, poner las fotos que hice el domingo con una buena parte del grupo 7:45. Salí con ellos los dos días, sábado y domingo, por la zona de los Galachos de Juslibol. 

Ahí van esas fotos:

 Bordeando el parque del agua hacia los galachos.

 Ascensión a la cuesta "de la cadena". Aquí se va entrando en calor.

Desde ahí arriba la vista de Zaragoza es estupenda. Mi nokia se queda algo escaso de pixeles para una panorámica como esta, pero se puede hacer uno a la idea. 

Foto de grupo desde un mirador con los galachos al fondo.

martes, 10 de mayo de 2011

Una carrera perfecta. Crónica de la media maratón de Zaragoza, 2011

El sábado, siguiendo los consejos de revistas y blogs especializados, a parte de mi excursión en tranvía, de la que hablé en mi anterior post, me lo pasé casi en su totalidad tirado por los sofás de casa. Eso sí, no descuidé  la recarga de hidratos de carbono y sales minerales a base de arroz con tomate y sopa  de pasta maravilla. Hay partes de la preparación  para una carrera que me tomo muy en serio.  

Tras un día tan intenso, el domingo me levanté a las 6:45 y para recuperar energías, siguiendo con el plan previsto, me desayuné un plato sopero de cornflakes  con leche y colacao. Pletórico, llevé a mi hijo pequeño en coche hasta la Romareda, desde donde salía de excursión hacia los ibones de Anayet. Un sitio espectacular. Volví a casa con el tiempo justo para ponerme de corto y lanzarme a la calle otra vez. Había una especie de niebla y la temperatura era bastante fresca, así que, me tuve que coger una chaquetilla y una mochila en contra de mi idea inicial de ir a cuerpo. Haciendo uso de mi tarjeta ciudadana, me hice con una bici y pedaleé a buen ritmo hasta el puente de Santiago, donde la aparqué.


Con las piernas al aire y en bici pasé algo de frío, la verdad, así que enfilé hacia la calle Alfonso a paso ligero (tampoco era cuestión de echarse a correr antes de hora, ya tendría tiempo de calentar en la propia carrera) y llegué a la Plaza de España a eso de las 9h. El ambiente en todo Independencia era excelente. Cientos de corredores trotando, estirando, o agazapados al calorcillo de un rayo de sol. Me fui en busca de la zona de vestuarios y dejé la mochila con la chaqueta dentro. Todo estaba perfectamente organizado. 

De vuelta a Independencia deambulé un rato por allí hasta que me encontré a Manu y Nacho de Barbastro.  Un par de tíos estupendos. Como hice pegado a ellos mi primera y única media hasta la fecha (la del Somontano), a parte de la San Silvestre, también de Barbastro, no dudé en emprender la carrera  a su lado. Por allí estaba también Javi y unos cuantos barbastrenses mas con los que nos hicimos unas fotos de grupo:


Por si las moscas, hice un último pis-stop, como dice el amigo Chema,  en las cabinas colocadas a tal fin. Eran las 9:27. 

Escasamente tuve tiempo de colocarme junto a Nacho y Manuel y  de poner en marcha mi Garmin cuando  se dio las salida. Como estábamos casi al final de todo tardamos minuto y medio en pisar la moqueta y oir el pitido de nuestro chip. Hasta que empezamos a bajar por Constitución íbamos bastante lentos intentando no tropezar con el personal. Las condiciones para correr eran perfectas: temperatura fresquita, nada de viento y gran parte de recorrido a la sombra de  árboles o edificios. Y encima público animando todo el recorrido. Creo que nunca me había sentido tan a gusto corriendo. 

Además mi plan intensivo de descanso y alimentación estaba dando sus frutos. Me sentía de maravilla. A los dos o tres km, al ver que Manu y Nacho no iban tan ligeros y no sin cierto remordimiento, los dejé atrás y me lancé  a la caza del globo de 1:55 que se veía a lo lejos. Iba como un loco. Mi Garmin marcaba ritmos entre 4:40 y 5:10. Por suerte me había olvidado de ponerme el pulsómetro. Ojos que no ven, corazón que no explota. Me hubiera acojonado ver la patata rondando las 180 rpm. Pero como me encontraba bien, pues a tirar  pa' lante. En alguna de las revueltas vi a Ignacio por delante del globo de 1:45. Pensé que si  hubiera salido a su lado podría estar en esa posición con el ritmo que llevaba. Pero bueno, yo a lo mío que era adelantar gente. Así pasé al globo de 1:55 y me puse a perseguir al de 1:50 que ya se había alejado bastante. Lo alcancé allá por el km 12 o algo así. No se si mi Garmin se despistaba con lo edificios o que, pero  aunque marcaba en torno a 5:00 de ritmo, me costó un montón dejarlo atrás. Cuando llegué a los últimos 3km empecé a acusar un poco el esfuerzo, pero aun me reanimé y esprinté en los últimos 200m al ver a Mº José y Alberto animándome desde las vallas.

Fue un subidón atravesar la meta viendo los dígitos en 1:49:38. Una mejora de 5 minutos respecto de la media del Somontano. Éxito total. Y mas habiendo salido tan atrás. 
Globo de 1:45. Ten mucho cuidado.Voy a por ti.

Pd.
Para rematar la faena, mi mujer, mi hijo mayor y yo, nos dimos un homenaje en vida en "El Calamar Bravo", cumbre gastronómica del tapeo zaragozano, que digo zaragozano, ¡mundial!, que todo ser humano debería visitar al menos una vez en la vida.

sábado, 7 de mayo de 2011

A por el dorsal para la media maratón, en tranvía.

Hoy, aprovechando que había acompañado a mi hijo a jugar un partido de baloncesto junto a la Romareda, he utilizado el tranvía de Zaragoza por primera vez. La experiencia ha sido mas que positiva. Todos los recelos y prejuicios que arrastraba tras un par de años de engorrosas obras, polémicas por el elevado coste, inconvenientes para el tráfico en coche, etc. etc., se han desvanecido de repente en cuanto me he plantado en el andén. 

Las vías tapizadas de verde césped, junto con el ambiente lluvioso me han trasladado inmediatamente a alguna sobria y civilizada ciudad del centro de Europa:


Con la llegada del convoy , a lo de "sobria y civilizada" le he añadido también "moderna".






Ya en el interior me ha sorprendido el cómodo acceso (podría entrar un niño pedaleando en su triciclo) y lo espacioso que es. En marcha, lo suave, rápido y silencioso.

Total que he desembarcado en  la plaza Paraíso con una agradable sensación de orgullo  maño no demasiado habitual en mi.

De camino hacia las oficinas de la CAI en el paseo de la Independencia, para hacer hora, me he tomado un cortado y un churro  en "Los Italianos" al tiempo que hojeaba  el Marca con el mismo interés que uno examina la etiqueta de un champú anticaspa,  en  otro tipo de situación, a falta de algo mas interesante que leer. 

He recogido el dorsal  sin hacer cola ninguna y he vuelto a tomar el tranvía antes de que transcurriera una hora desde que lo hice por primera vez en la Romareda, por lo que no me ha supuesto coste adicional.  Todo con la tarjeta ciudadana, que me sirve también  para el bus,  la bizi , bibliotecas, instalaciones deportivas municipales, etc.

Esta mañana todo parecía funcionar según lo previsto. Veremos si mañana sucede lo mismo, en la media maratón. 





domingo, 1 de mayo de 2011

El gran Manuel Secanella y la carrera más extrema.

Manuel no era un un atleta al uso. De hecho, aunque llevaba una vida bastante saludable, no fumaba, no bebía alcohol, ni siquiera café (solía tomarse  una infusión o un colacao a media mañana), últimamente no practicaba ningún deporte de forma habitual. Donde si destacaba Manuel era en el ámbito profesional y académico. Fue un estudiante muy brillante, lo que unido a una capacidad de trabajo poco común le permitió forjarse en pocos años una carrera profesional impresionante. Con cincuenta y tres años ya era Comisario Adjunto, uno de los puestos de mayor responsabilidad de la CHE. 

Pero volviendo al deporte. Una de las actividades a las que Manuel prefería dedicar sus periodos de vacaciones era la de acompañar a su primo Miguel y otros barbastrenses en sus largas travesías en moto. Manuel se ocupaba de la parte logística y demás conduciendo su VW Golf por las carreteras de media Europa.

El caso es que hace un par de años, sin comerlo ni beberlo, Manuel se encontró con que estaba inscrito en la carrera mas extrema y cruel que uno pueda imaginar. El dorsal, el chip, y los imperdibles se los entregó directamente su oncólogo tras las pruebas pertinentes. La carrera había comenzado.

Manuel asumió el dificil e inesperado reto con una entereza y deportividad encomiables. Y lo que es mas complicado, continuó con ese mismo espíritu hasta el final. La prueba estaba llena de obstáculos muy duros intercalados con algún  momento de falso llano. La primera operación, las primeras sesiones de quimio, no hicieron sino fortalecer el ánimo de Manuel que aprovechaba el tiempo libre  para seguir estudiando. Era Ingeniero de caminos de profesión, pero aun tuvo tiempo de finalizar sus estudios de ingeniería informática en la UNED y de matricularse en Ciencias ambientales que cursó hasta el último momento con el entusiasmo y brillantez de siempre.

Recuerdo que en una de nuestras conversaciones, hace un año mas o menos, le dije que su caso podía ser análogo al de Lance Amnstrong pero en el ámbito intelectual. Manuel sonrío complacido al oír aquello. Sin duda su espíritu de superación y lucha podrían ser equiparables.

Mas tarde llegaron otras operaciones cada vez  mas agresivas, hígado, pulmón, y sesiones aún mas extenuantes de quimio, que Manuel afrontaba con la flema de un lord británico. Sin perder la compostura en ningún momento. Nunca se quejó de su mala suerte ni se le vio llorar o lamentarse. 

Durante las últimas semanas, cuando el agotamiento era ya tan visible que todos a su alrededor empezábamos a alarmarnos seriamente, el seguía acudiendo a trabajar todos los días. Como físicamente no podía ya coger el autobús como era su costumbre,  se pagaba el taxi de su bolsillo. Así era Manuel.

Hasta los últimos días Manuel no le dijo a su madre que el final era ya inminente, aunque seguro que ella lo debía intuir. No quería que sufriera. Era viuda y el era su único hijo.

Si alguna vez me toca enfrentarme a una carrera tan dura como la que le tocó correr a Manuel me gustaría tener al menos una parte de su entereza y dignidad. 

Gracias por tu gran ejemplo Manuel.
Todos los que tuvimos la suerte de conocerte de cerca  nunca te olvidaremos.

  

lunes, 25 de abril de 2011

Mi Garmin FR 110. Sencillo y eficaz.

Hace unos días, a cuenta de mi cumpleaños, mi mujer e hijos me regalaron este juguetito que deseaba  desde hacía algún tiempo.


Mi Garmin 110 tiene un tamaño similar a un reloj convencional y es mucho mas ligero que cualquier peluco metálico de tamaño medio. Esto lo podéis ver en la siguiente comparativa:


El tamaño es solo un pelín mayor que un reloj normal, pero nada exagerado:


Si es un poco mas grueso, pero una vez puesto no tienes la sensación de llevar un caharro raro en la muñeca. Os lo puedo asegurar:


Desde que cargué su batería de Ión-Litio por primera vez, hace 12 días lo he llevado en la muñeca como reloj normal y he hecho en total cerca de seis horas de entrenamiento con el GPS y el pulsómetro funcionando.

Las pantallas de entrenamiento son dos, que se pueden intercambiar pulsando el botón rojo. Se diferencian en que en una de ellas aparece en el centro el tiempo transcurrido y en la otra el pulsómetro. En ambos casos arriba aparece la distancia recorrida en km con aproximación al decámetro y debajo el ritmo en minutos/km (u opcionalmente en km/hora)

En cuanto a la medición del ritmo es importante decir que el aparato da promedios según los intervalos (vueltas que hayamos definido por defecto) Podemos definir intervalos entre 400m y 2km. En estos casos nos va marcando el ritmo del último intervalo. Si desactivamos los intervalos simplemente nos da el ritmo medio desde que hemos empezado.



Se puede ver  el resumen de los entrenamientos realizados en los que aparece la siguiente información:
  • Km recorridos
  • Fecha
  • Tiempo de entreno
  • Pulsaciones medias
  • Calorias consumidas (para este cálculo hemos tenido que introducir previamente al configurar el aparato nuestra edad, peso, etc.)
  • Ritmo medio

Aquí se me puede ver correteando feliz con mi Garmin por el camino de la Boquera de Barbastro.


Conclusiones:

Desde mi punto de vista es un aparatito, sencillo pero que funciona de maravilla. Y con el aliciente de que te sirve como reloj de pulsera. No he detallado todas las características, pero por supuesto puedes descargar los datos en el ordenata y ver toda clase de gráficos y tablas, etc.

Eso si, se cansa uno lo mismo que cuando vas sin gps. No obstante lo de saber la distancia exacta y el ritmo que llevas, a parte de ser algo casi mágico, sinceramente creo que es la mar de útil. 



Mas cosas acerca del Garmin FR 110 (Resolución de dudas):

En el supuesto de que alguien haya leído esto, si de verdad está interesado en adquirir este aparato, seguramente querrá saber mas cosas sobre él. Hay cientos de páginas, incluida claro está, la propia de Garmin, en las que podéis encontrar descripciones mucho mas detalladas que la de esta entrada. Aún así siempre suele quedar alguna duda sobre alguna funcionalidad concreta. Si ese es vuestro caso, me comprometo a responderla, en la medida de mis posibilidades, haciendo la prueba a medida si es necesario.

Personalmente recomiendo la tienda online de travinautic. Es lo mas barato que he encontrado y aparte de no tener costes de envío, en dos días tienes el pedido en casa.